
POR LUIS LOAIZA RINCÓN
El optimismo de hace unos años, gracias al cual se consideró posible el diálogo entre los nuevos sujetos sociales del mundo, y que animó las cumbres de Río, Copenhague y Porto Alegre, entre muchas otras, hoy se encuentra muy disminuido.
La llamada globalización desde abajo, aquella que se pensó desde la sociedad civil, desde las culturas, los sectores de mujeres, ambientalistas, indígenas; sigue siendo una aspiración. En el mundo de hoy se hizo accesoria la eliminación de la pobreza y la discriminación social y estamos muy lejos de concretar un desarrollo humano sostenible, precisamente, cuando son más evidentes los síntomas del agotamiento planetario.
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